martes, 29 de abril de 2008

País de Plomo




Lograr que el lector vea la cotidianidad de la guerra por encima de los grandes sucesos del conflicto, detallar las vidas de aquellas personas que bajo múltiples condiciones sobreviven a la cruda guerra que atraviesa este país, es uno de los grandes logros de País de Plomo, un libro hecho para quienes quieren observar la cara de las personas que sin quererlo son victimas de nuestro conflicto.

No se trata de mostrar los históricos sucesos del conflicto como la bomba al Club el Nogal, ni tampoco los diálogos de paz del Ex Presidente Pastrana. Estos son sólo hechos retumbantes que no definen la realidad de nuestro conflicto, sino la vida cotidiana de la población: los delatores y sus cambios imprevistos de bando, los secuestrados y las venganzas de la guerrilla, paramilitares y ejército, como lo diría Daniel Pécaut:

"En este libro se descubre la verdadera cara de la guerra que devasta una gran parte de Colombia: no la de grandes batallas heroicas sino la de los miedos cotidianos de la población; las redadas de las Fuerzas Armadas o de los paramilitares y las represalias de la guerrilla; los pequeños delatores y sus repentinos cambios de bando; los habitantes bloqueados en sus aldeas y los desplazados. Ésta es la cara de la guerra de la que nadie habla, la guerra de miles de anónimos dedicados a soportar en silencio y a encontrar, día a día, la manera de sobrevivir. En fin, un libro que nos hace sentir realmente la tragedia".

Para justificar el título de este libro me gustaría agregar a esta reseña un comentario hecho por Dixon Moya: "Dios hizo al primer hombre de barro; es probable que a los colombianos nos haya agregado una pizca de plomo.". Tal vez ésta sea la mejor razón por la que este libro se titula País de Plomo. Pues en nuestra realidad la palabra Plomo nunca se ha referido al elemento químico sino a una esencia misma de nuestra historia.

El libro consta de un prologo, una introducción y de 11 capítulos que narran diferentes historias que suceden alrededor de la geografía colombiana, unidos por algo en común: la mayoría de las personas no las repetirían. En el prólogo, escrito por Alma Guillermoprieto, expone su opinión acerca de la autora, Juanita León, destacando:

"Juanita León ha sabido mirar los horrores de su bienamado país de frente, sin espanto, y sí siempre con asombro. No pretende volver comprensible lo incomprensible, y sin embargo, ayuda a entender".

En la introducción, Juanita León habla acerca de cómo ella concibió la obra, muestra cómo ve el conflicto colombiano y cómo llegó a redactar esta obra."

Cuando empecé a trabajar como periodista me sorprendían las constantes preguntas de mis amigos por la verdadera historia de los sucesos sobre los que escribía. Les contestaba – algo ofendida – que si supiera algo más lo habría escrito. Pero a medida que cubría el conflicto armado, era más conciente de la información que dejaba por fuera de mis textos. No por mala fe, o porque un editor me lo exigiera, sino porque no basta con saber algo, toca probarlo. Además, debía calibrar cada palabra para no poner el peligro a mis fuentes. A veces no la alcanzaba a entender todo el trasfondo antes de la publicación. Pero con el tiempo me si cuenta de que precisamente esos detalles que había omitido en mis crónicas eran los que mejor ilustraban la guerra. Decir la verdad incluye necesariamente contar toda la verdad. Este libro busca expiar esa culpa"

A través de los capítulos Juanita cuenta las experiencias que ha tenido alrededor de la geografía colombiana y sus conflictos. Cada zona es una máscara distinta del sufrimiento de la población pero siguen siendo las mismas razones por las que se da el conflicto, la ambición de poder y la falsa revolución.

Hay capítulos que se destacan dentro del libro, el primero relata la historia de Roberto Mira, a quien le tocó afrontar, la exigencia por parte de las Autodefensas de desalojar de forma casi inmediata el pueblo, dada la ausencia del alcalde de su municipio, quien se encontraba en Medellín. Roberto era personero de Peque, un municipio que se encuentra oculto a 226 kilómetros al norte de la capital de Antioquia. La situación en la que se encontraba Roberto no era nada fácil, no sólo tenía que garantizar la salida de todos a salvo sino que además debía negociar con los paramilitares la vida de los mismos, mientras espera el auxilio del gobierno que al final no llega por ningún lado. La historia de Roberto es el típico caso de los gobernantes que administran un territorio ajeno: o es de la guerrilla o es de los paramilitares, pero nunca del pueblo."

También resalta el capítulo que trata acerca de la "Caquetanía" (el Estado de las FARC). Describe cómo el gobierno toma las decisiones más desacertadas y les da a las FARC la legalidad sobre un territorio que ya dominaban a sus anchas. Las personas que visitaban este territorio, dos veces el tamaño de El Salvador, encontraban que la antigua guerrilla campesina había desaparecido para convertirse en una guerrilla mafiosa. También observaban que los grandes guerrilleros que eran vistos como ignorantes y violentos, eran unos doctos sintonizados con los más grandes pensadores del mundo como Noam Chosmky. Lo que logró el gobierno con el Caguán fue darle todo el alimento posible para que las FARC crecieran.

Pero los guerrilleros a quien la mayoría teme, también son victimas en esta guerra. Oswaldo es el ejemplo perfecto de ello. Él era una persona que soñaba con convertirse en un líder carismático de izquierda en los grandes sindicatos de aquel entonces. Sindicatos que serían aprovechados por guerrilleros del ELN (Ejercito de Liberación Nacional) para alimentar esa causa revolucionaria. Oswaldo cae en la trampa y se convierte en uno de los guerrilleros más importantes en el municipio de Barranca. Pero es capturado por la Policía y mantenido en la cárcel por los siguientes 3 años y medio. Sus amigos no le ayudaron por mucho tiempo y lo abandonaron. Durante ese tiempo, Barranca cambia de manos y a su regreso vive el mayor infierno de su vida: el temor a ser asesinado.

Juanita León utiliza una narrativa despojada de pretensiones e inmersa en la honestidad de lo que se ve, nos lleva al corazón de quien derrama la lagrima y de quien dispara el fusil. Nos muestra la cruda realidad sin aterrorizarnos sino para que observemos que los sucesos que definen nuestro gran conflicto colombiano son la vida de quienes no quieren participar y no la de los grandes líderes que ordenan desde sus tronos en una guerra que afecta a quien no tienen voz.

La Autora

Juanita León fue directora de Semana.com, labor que desarrolló entre el 2000 y el 2006, y profesora en la especialización de periodismo de la Universidad de los Andes. Ha trabajado como editora de la Unidad de Paz del periódico El Tiempo y como editora de Reportajes de la revista Semana.

Durante su carrera como periodista ha recibido importantes reconocimientos: fue finalista del premio Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano-Cemex y obtuvo el Premio Mundial de la OMS 2002 al mejor reportaje sobre salud, entre otros. En el 2006 fue galardonada con el tercer puesto del prestigioso Ulysess Award. Acaba de terminar un postgrado en la Universidad de Harvard, donde ganó la beca Nieman para periodistas que han cubierto conflicto armado.

Bibliografía

Virtual
www.colarte.arts.co www.santillana.com.co/aguilar/detalleAutor www.letralia.com/134/articulo07
Texto
País De Plomo. Juanita León. Editorial Aguilar. 2005. 328 Páginas